Vuelta a Ibiza: guía impráctica

Hola a todos;
para quienes se estén sorprendiendo del curioso título de este post "guía impráctica" vale el resumen certero que mi compañero en esta ocasión, Sergio Cantora, pronunció ya al tercer día de travesía: "estoy hasta los coj... de todo".....y no era para menos después de tres días de mal tiempo, meteduras de pata que rozan la estupidez y demasiada tensión para un viaje que en principio debía ser de mucho, muchísimo placer.....por partes.

La Scorpio, rápida y buena con mala mar.

El día 7 de septiembre, después de participar en la concentración de león Sergio y yo salimos para tomar el ferry en Denia que nos conduciría hasta Ibiza; para darle la vuelta a la isla disponíamos de dos kayaks de plástico algo diferentes entre sí: una Easky de Venture Kayaks, un modelo que ya hemos provado hasta la saciedad en la travesía por el Circulo Polar del año pasado (http://teamrocroi.blogspot.com/2007/08/el-rtico-en-kayak-de-mar.html), y el nueno modelo de P&H, la Scorpio, un barco más estilizado y bastante rápido pero con las características de un barco para viajar.

Al llegar a la zona portuaria primera sorpresa, ésta muy positiva, a base de dar la tabarra e ir de un mostrador a otro conseguimos los billetes de ferry casi a mitad de precio, después de convencer al encargado de la compañía naviera de que no nos cobrara los kayaks....así que aquí va uno de los pocos aciertos de la travesía: hay que moverse para conseguir pagar menos por el ferry (de 210 € en una compañía a 106 en la de al lado......)

El 8, después de una noche compartida con las ratas y bichos del puerto de Ibiza nos hicimos a la mar aún con la sonrisa puesta....ni partes meteorológicos, ni bombas de achique, ni agua, ni comida....ni mapa!!! lo que a todas luces era de una idiotez evidente a nosotros nos pareció perfecto para darle emoción a una travesía de 5 días que iba a ser un paseo por un mar plano, con playas llenas de tias buenas y buen rollito, es decir, algo flojo para gente curtida......a los 10 minutos no se reía nadie, en medio de un mar demasiado "alegre" en el que Sergio se dió un par de chapuzones que nos los pusieron de corbata.....joooder con el Mediterráneo.

Pero como el que es tonto lo es a fondo, seguimos paleando y conseguimos doblar la Punta de Sa Torre De Ses Portes (el extremo Sur de Ibiza) a tiempo de evitar los vientos de fuerza 5 que ya empezaban a soplar, volver a relajarnos y no hacer ni p. caso de la advertencia seria que nos había lanzado el mar.....ayssss..... por lo menos la cala D´Hort resultó el lugar perfecto para pasar la primera noche.

Parecía que iba a mejorar peeeeeeeero

El día siguiente amaneció decente y parecía que efectivamente las macizas iban a empezar a surgir por todos lados para que la fiesta diera comienzo....mala previsión. Lo que sí comenzó al poco tiempo fue un viento de frente de 15 nudos del que ya no conseguimos librarnos el resto del día. Para cubrir la distancia prevista (unos 40 kms) empleamos 8 horas de dale-que-te-dale contra el viento y la mar, que sobrellevamos como pudimos. Al fondo de las calas parecía que había marcha y todo eso, sí, pero bastante teníamos con cubrir ruta alejados de la costa para evitar el efecto de rebote de las olitas.....en el cabo que cierra la bahía de San Antonio por el S, una de las pocas alegrías de la travesía: una barracuda decente entró al señuelo justo cuando el viento en contra arreciaba.....así que tuve que luchar con ella a base de remar y arrastrarla 30 minutos eternos hasta una ensenada en la que pude soltar la pala y ponerme a sacar el bichillo lleno de dientes....el animalito volvió al agua después de una elegante pelea y a nosotros nos devolvió la ilusión de que aquello era lo que veníamos buscando...claro que si.


Sin embargo el final de la jornada ya anunciaba que las cosas empezaban a estar torcidas del todo.....aunque el viento amainó bastante, el atardecer nos pilló en la parte NO de la isla, llena de preciosos acantilados verticales, grutas y pasajes entre roca....y ni un solo lugar sensato donde dormir; así que después de las 8 horas de paliza decidimos desembarcar en un gran canchal de rocas situado entre las enormes paredes, con la esperanza de encontrar un metro cuadrado plano para pasar la noche. Y mientras no lo encontrábamos (vaya nochecita rockera, de rocas en la chepa se entiende) un par de cuestiones sin importancia comenzaban a ostigar nuestras mentes: ¿donde cojones estábamos? ¿qué tiempo haría mañana? ¿más viento (no tío , no creo, esto es Ibiza) o buen tiempo? ¿dónde íbamos a conseguir agua para no morir de sed?¿porqué somos tan gilipollassss......?

Amanece el tercer día; el mar se ha picado bastante pero como estamos algo a cubierto del N pues no le damos nada de importancia y salimos a la mar convencidos de que ese día las cosas iban a empezar a ir mejor....lo dicho, hay que ser gilipollas....nada más doblar el cabo que nos resguardaba con rumbo Norte un mar enorme empieza a echársenos encima. Esto va mal, bastante mal. Al rato nos toca atravesar el paso de la punta de Ses Torretes donde entramos entre dos paredes verticales de roca que reciben todo el temporal de frente, y claro, allí en medio, entre las olas de por sí muy grandes y el rebote y sucesivos rebotes, las condiciones no eran sencillamente malas. Para mi gusto eran más que excesivas. En realidad para mi gusto no eran sino demasiado. De nuevo la certeza: hay que ser gilipollas....no vimos ni una posibilidad de dar la vuelta en aquella situación y poner la mar por la popa: el peligro de acabar bajo una de las paredes era demasiado evidente, así que sólo quedaba poner proa a las olas e ir saliendo como se pudiera del puñetero paso...nunca he visto picos tan altos como aquellas olas, y no los quiero volver a ver de esa forma.
Penúltimo recurso: salir mar adentro, pero allí el viento fuerte hacía que de vez en cuando olas muy grandes nos rompieran encima del kayak metiéndonos presión y nervios; cerca de las paredes de los acantilados el peligro era evidente y no era ni siquiera una opción. Demasiado para dos tipos como nosotros, "yo me quiero bajar ya", etc.... a la desesperada entramos en una cala de paredes verticales y un par de zonas de roca batidas por las olas; más con la intención de descansar un rato que viendo una posibilidad de bajar nos pegamos lo más posible al resguardo de las rocas del fondo de la bahía. Entre ellas vislumbramos la posibilidad de huir como ratas de aquel jodido temporal: había una via un poco suicida de llegar a la orilla.
Creo que tardamos 30 minutos en decidir que nuestro plan no era una parida....uno de nosotros se tiraría al mar, nadaría hacia la orilla, saldría del agua por la rompìente sin partirse la cabeza ni nada y desde allí sacaría su kayak con una cuerda que ya llevaba atada y después ayudaría al otro a llegar a tierra...molón, sí, pero daba mucho miedo...por otra parte el mar de afuera daba más miedo y además la situación seguía empeorando por momentos...allí es dónde Sergio pronunció su célebre frase "estoy hasta los etcéteras"...se tiró al agua y....oxt!, lo consigue con un par de golpes nada más. Esta claro entonces; la gran chufa me va a tocar a mi......espero un par de series de olas grandes y me lanzo después de la última...aterrizo cerca de Sergio, él sujeta el kayak y yo me caigo a las puñeteras rocas y no me hago nada más que los arañazos esperables, el acojone esperable y un dedo morao.....qué alegría estar en tierra!.........después de un rato de euforia cobarde nos preguntamos: ya, pero, en qué tierra???

Pedazo campamento, el del dia siguiente fue un poco mejor

Bueeeeeeeno, el lugar no estaba nada mal comparado con el de la noche anterior......había unas cuantas piedras más y la roca donde íbamos a dormir era por lo menos más grande y bastante horizontal...además parecía que había una forma de salir de la bahía trepando por la ladera e intentar conseguir agua y enterarnos de las previsiones. Así que tras un paseo bastante agradable (comparado con la fuerza 5 en la mar) llegamos a una carretera, donde hicimos autostop hasta un pueblo donde conseguimos agua, comida, un mapa y la previsión del tiempo para los próximos tres días....guay?? hummmm, bueno.

Curiosamente habíamos dado la vuelta a la mitad de la isla en apenas dos días, por lo que en realidad íbamos bien. Teníamos agua, lo que era maravilloso y ... hasta ahí las novedades positivas. Por el contrario, estábamos justo en medio de la zona de acantilados, a más de tres horas (con buen tiempo) de la próxima cala para desembarcar como personas humanas. Además durante el día el viento roló al O, y ahora todo el mar entraba enorme hasta el fondo de la cala: no podríamos embarcar (o quizás sí, haciendo planes absurdos de tirarse desde una roca con la música de Orzowei de fondo......). La previsión para los próximos días: viento de 25 nudos de componente N con rachas más violentas, pero antes de que arreciara el viento habría unas horas de vientos variables de intensidad incierta.

De nuevo en nuestra roca, con la mirada embobada en la rompiente, nos dimos cuenta de la situación: o conseguíamos embarcar al día siguiente y escapar de allí o podíamos quedarnos en aquella p. roca otros dos días o más mientras el resto de la maravillosa isla de Ibiza vivía orgías sin freno.......vaya situación de m!

Creo que estuvimos mirando nuestra única via de escape durante horas hasta que oscureció; era una rampa de roca caliza (de esa que corta bien) que recibía olas cruzadas que la barrían de lado; entre serie y serie se podía llegar a echar el kayak al agua, pero con la serie de olas grandes viniendo la cosa podía tener consecuencias demasiado serias como para intentarlo sin reflexionar mucho (o sin reflexionar, pero ya era tarde, ahora lo pensábamos todo). Aún a las 3 de la mañana, atormentado por nubes de mosquitos que nos taladraban cara y manos, volví a nuestra "via de escape" para comprobar con desánimo que la situación había empeorado...desesperación y angustia, ya era demasiado estar todo el día y noche jodidos, ya eran muy pocas las ganas de salir afuera de nuevo y tener otra vez problemas tan serios como el día anterior....me dormi un rato en una roca donde el viento daba fuerte con la esperanza de evitar los mosquitos. Ni de coña.

Como estas manitas,
la cara también....

A las 7 de la mañana nos despertó....el silencio! La mar estaba bajando y no había tiempo que perder. El embarque estaba ahora asequible, con más posibilidades, y fuera el mar parecía "normal". Nuestro siguiente acierto: los barcos de plástico; aguantaron perfectamente todas las oxt de bajar rodando por las rocas y conseguimos llegar al agua...si hubiéramos traído barcos de fibra......
Rumbo Sur a muerte, con la amenaza de los fuertes vientos impulsando los kayaks....3 horas, otras 2 horas....por fin doblamos el cabo frente a la isla Conejera: ya podía soplar lo que quisiera y paramos en una de esas calas que ocupaban nuestra imaginación antes del viaje: chiquillas por todas partes, solecín, el garito con comida y música House.....yuju, al menos durante tres horas más antes de volver a salir huyendo.
El viento enorme se presentó al final de la tarde, en contra, cómo no. Primero sopló de Sur y nos fastidió el día con un par de horas extras remando contra el vendaval; luego durante la noche comenzó a soplar N y el mar fue agitándose, como nosotros en nuestros sacos, con la moral de nuevo por los suelos.
Último día: viento, viento y viento. Medias de avance de 2 km/h con rachas de hasta 30 nudos en contra en una jornada en la que debíamos cubrir 38 km para llegar de nuevo al puerto de Ibiza sin poder quejarnos demasiado en vista de lo visto....cuando las últimas fuerzas se acabaron aún quedaban más de 5 horas de palear, de estar allí dentro del kayak jodidos de cuerpo entero, aguantando una mar que era tan indiferente a nosotros como nosotros a ella: poco nos importaban las olas porque había que quitarse de enmedio y poder de una p. vez descansar, aunque fuera de camino a casa, sin tias buenas, sin playas, sin buen rollito ni sesiones de House por la noche....me cag en todo.


Hicimos lo que pudimos y eso es mucho. Dentro de unos días, quizás, hasta nos parezca que la cosa estuvo bien y todo....como para repetir. Por el momento nos limitamos a contar a los colegas que nos preguntan lo de los temporales enormes del Mediterráneo...y nadie nos cree.
Hay que jodese.



Texto y fotos: Carlos Rodriguez para el TEAM ROCROI.